Bienvenido a mi mundo de letras

Para aprender
A escribir un cuento
Lo único que debes
Aprender es ésto:
Busca tus palabras
Ríndete a su vuelo
Así, (y sólo así) verás tu alma
Surcar horizontes de sueños


Y si... ríndete al vuelo de tus palabras. Ellas irán hilvanando poco a poco, una a una, tus frases para que traigan a la realidad cotidiana a esos sueños que habitan tu alma, y que aún te falta descubrir.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Nómade

Si bien nací en Corrientes, antes de cumplir dos años migramos a Concordia, Entre Ríos, ya que habís sido trasladado mi padre (que era de la Prefectura). Allí viví casi toda mi vida, pero en el año 1997 nos trasladamos por cuestiones laborales con mi familia formada recientemente. Vivimos en Buenos Aires hasta fines del 2001, año en el que regresamos a Entre Ríos. En el 2004 como dice el poema, me llamó el sur, la hermosa Ushuaia, y parece que las musas estaban más acostumbradas al frío que yo, porque no cesaron de revolotearme el alma. Hoy, cumplido el medio siglo de vida, doy gracias a Dios porque estoy radicado y prácticamente establecido en Tierra del Fuego, en Ushuaia, que ha tenido la magia de generar en mí tal pertenencia que me considero un sureño genuino.




Transeúnte de la vida,
trashumante y bohemio,
poeta de las horas,
donde amaneceres y crepúsculos
rinden pleitesía a las musas.
Consumidor de paisajes
de piedras, de caminos


Ni alcancé a beber
el oxígeno correntino
y ya estaba mamando cuchillas,
perfumado de glicinas
de azahares y espinillo.
La vida me miraba
con ojos de brisa.
Mi madre acunaba su latón
apretado contra el vientre
a la sombra de un paraíso
lavando ropa a la siesta.
Su nostalgia le enturbiaba la vista
Que chispeaba raro
Al compás de un chamamé
que surgía de la radio a transistor
colgada del tronco del árbol.
Yo reía la vida
montado en mi niñez,
disfrutando las revistas
de historietas con las que mi padre
estimulaba la lectura precoz.
Viví despreocupado
con ignorancia de niño
los esfuerzos responsables
de mis mayores
Cuando el viejo pasó
de marinero a zapatero
no sé por qué causa
de sus superiores
Y mi madre magia en mano
fabricaba ingredientes
para el guiso ensopado.
Y yo reía la vida
de una primaria ágil
de un secundario exigente
hasta que el perito mercantil
me otorgó diploma de hombre.


...Se fueron mis padres
viajaron al siempre
augurando recuerdos.


Luego… todo cobra vértigo
Nupcias, padre, trabajos
nuevo destino:
el aire porteño
de cafés humeantes
de cajones con frutas
ocupando las veredas
de la frenada brusca
del insulto confuso
donde te halagan diciendo
¡Qué hijo de……!
El aire porteño
de un microcentro sin puerto,
cargado de porteños
mediterráneos
Oficina, corbata, etiqueta
El mate que resiste al café
y sigue entibiando mi mano.


Y apareció
el flagelo de la desocupación,
la vuelta a Entre Ríos
los imponderables políticos
de Gobiernos efímeros


Un nuevo paso
recurrente,
transeúnte de la vida.
El sur me llama
la nieve me acuna
la escarcha me recibe
los lupinos me ilusionan.
Del paisaje plano
a la belleza inenarrable
de montes al alcance de la mano.
Belleza, todo belleza…
Y nuevamente río la vida
sin ignorancias de niño
con medio siglo de aplomo.
Mi compañera de entonces
la que entibió mi alma
un entrerriano febrero
acompaña mi mate como siempre.
La continuación de la vida
los hijos… nuestros hijos
mirando al Olivia
con asombro bisoño
Abrazados por un Dios
que acompañó toda mi ruta
protegiendo a las musas
que revolotean mi locura
inalterable a pesar de los rumbos


Transeúnte de la vida,
trashumante y bohemio,
un poco loco,
poeta de las horas
consumidor de paisajes,
de piedras, de caminos.
Río a mis horas,
ofrezco mi lírica
al despertar de una sonrisa.

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