Bienvenido a mi mundo de letras

Para aprender
A escribir un cuento
Lo único que debes
Aprender es ésto:
Busca tus palabras
Ríndete a su vuelo
Así, (y sólo así) verás tu alma
Surcar horizontes de sueños


Y si... ríndete al vuelo de tus palabras. Ellas irán hilvanando poco a poco, una a una, tus frases para que traigan a la realidad cotidiana a esos sueños que habitan tu alma, y que aún te falta descubrir.

sábado, 3 de julio de 2010

Cuando vuelvas...


Cuando vuelvas…
Hallarás mi vida anudada a tu misterio
Te miraré emerger de las penumbras
Del aquél rincón donde refugié mis besos

Cuando vuelvas
Te habré de negar tres veces
Para que otras tres me preguntes
Si aún te quiero

Cuando vuelvas
Desprendida de un pretérito
Juraré que alguna vez te he olvidado
Para no reconocer cuánto ha dolido
El recuerdo

Cuando vuelvas
Mirando la bahía del invierno
Palpitarán en las palmas de las manos
Urgencias amalgamadas de anhelos
Socavados desde la propia intuición
Nos hallaremos
Y en el ritmo de las nubes viajeras
Del aliento
Fundiremos arcas de distancia
En el cofre de los cuerpos

Cuando vuelvas
No habrá encuestas, ni momentos
No habrá preguntas solapadas de reproches
El diálogo sucumbirá al silencio

Cuando vuelvas
No habrá parques ni paseos
Solamente el tobogán de una mirada
Y el deseo mimetizado con los juegos

Cuando vuelvas ¿Para qué hablar?
Cuando vuelvas… nos amaremos

ADIOS

Agotado
de desengaños
te escuché cerrar la puerta
detrás de un silencio
que cellisqueó mi alma
Viento blanco
sin ataduras
que desanuda a diario
océanos que habitan
mis pupilas.

Solo de soledad

erizado de nieve
pienso en ti...

Soy por ti

Me hiciste amarte
entre los escombros
de un corazón derrumbado
Y han crecido hiedras
que treparon canciones
que sólo expiran
aires llenos de ti
Cuando al descuido
tus dedos erizan
cabellos y piel
dejas crecer de mis ojeras
años itinerantes
de extrañas libertades
errantes de crepúsculos
Y al fin… me lograste
neógrafo de frases
que te consagro a diario

Ay, mujer…
Aún dispendio sentires
sobre tus solapas frutales
y reconozco en mis silencios
que he sucumbido al fin
a tu autoría intelectual