Me paré de frente a la vida, espejo de sol que me muestra cómo soy... algunas arrugas me visitaron hace un tiempo, y decidieron quedarse conmigo. Algunas canas intentan un gris imperceptible en mis cabellos, que pierden por varios goles con la barba del candado que blanquea como una nevizca en mi rostro.
Pero hay un brillo en mi mirada, y lo percibo con nitidez.
Ese brillo tiene nombre propio, nombre de mujer. A veces muta un poco y pasa de Ana a Anahí, las dos bellezas del alma que me acompañan, (acaso me ayudan a cultivar ese blanco de las canas) a quienes amo incondicionalmente.
Pero hoy, amigos, me refiero exclusivamente a Anahí, mi niña que cumple trece "añitos" (se me escapa el padre guardabosque), trece años que la comienzan a transformar en adolescente, una metamorfosis que los padres pretendemos postergar porque la queremos siempre nuestra...
Es la vida, es la ley natural. Dejo mi egoísta amor de lado y le digo todo lo que siento
Mi sol,
Mi luz,
Universo
inagotable
De astros
Que orbitan mi
tiempo
Con guiños de
vida,
Vía estelar
Que alumbra
ternura,
Partícula de un
todo
Que mi inunda
Que me desvive…
Niña… niña,
Adolescente ya
Quiero
acompañarte
En tu camino de
sueños
Déjame verte
florecer
En el jardín de
mis días
Aceptar tu
autonomía
Que llega
apresurada
A ocupar tus
gestos
Todavía
inseguros
A colmar tus
ansias
De enfrentar
Tu propia
identidad
Con prisa
inocente
Con excitada
avidez
Que enfrenta
Mi egoísta temor
De soltarte las
manos
Para que
camines…
Ese egoísmo de
amor
Que pretende
apresar
Tu mañana que ya
es hoy,
Intentando
eternizar
Tu necesidad de
mí.
Como queriendo
negar
Tu incipiente
adultez
Albedrío propio
Que te emancipa
Potestad ganada
Por el mero
Transcurso del
tiempo
Sé que es
difícil
Asumirme padre
De una niña que
suma
Edad de
adolescente
Porque me
anticipo
A un mañana
De independencia
Pero te amo
Y amar es
respeto
Y respeto es
honrar
Tu libertad
Individualidad
Que me devuelve
Guiños de
ternura
Cada vez que me
abrazas
Mi sol, mi luz…
¡Feliz
cumpleaños!