Bienvenido a mi mundo de letras

Para aprender
A escribir un cuento
Lo único que debes
Aprender es ésto:
Busca tus palabras
Ríndete a su vuelo
Así, (y sólo así) verás tu alma
Surcar horizontes de sueños


Y si... ríndete al vuelo de tus palabras. Ellas irán hilvanando poco a poco, una a una, tus frases para que traigan a la realidad cotidiana a esos sueños que habitan tu alma, y que aún te falta descubrir.

lunes, 4 de enero de 2010

LA PAZ… ANHELO SUPREMO



“Concordia, ciudad del norte entrerriano. El otoño comenzaba a presentar sus credenciales en el año 2003, era la noche del 19 de abril, (por rara coincidencia, Día del Aborigen Americano)
El aire tenía la humedad de siempre, y entre abatido por el calor y cansado por las tareas del día, miraba televisión.
En realidad no tenía otra cosa más importante para hacer, y la hora no era la más apropiada para otros menesteres.
En los canales de noticia siempre el hecho circundaba la delincuencia. Un robo aquí, un asalto allá, y por otro lado la moda de esos días: un “secuestro express”, por supuesto ningún medio hacía referencia a los derechos de los habitantes originarios al celebrar su día, pero eso… lo dejo para otro cuento.
Era el tiempo en el que los medios se disputaban la primicia de transmitir asaltos con toma de rehenes, como si fueran verdaderos “reality”, en vivo y en directo.
Yo intuía algo raro en las transmisiones… puse atención y me dí cuenta que esa noche todos los canales se ocupaban del mismo tema, trascendental y excluyente: tropas de los Estados Unidos habían invadido y estaban bombardeando Irak.
En algunos canales se podía ver al Presidente del país del norte que arengaba a su pueblo recordando un 11 de septiembre, cuando agentes de la guerrilla internacional habían atentado sobre emblemas superlativos de su identidad, desafiando al poderío de su defensa nacional y generando un sinnúmero de víctimas fatales.
Justificaba su reacción con un impensado y “sano” propósito de exhortar al desarme de materiales nucleares, a la vez de establecer un novedoso sistema democrático en el país  invadido.
Mientras en breves spots, casi como publicidad, mostraban imágenes de bombas que caían en la silenciosa noche de alguna ciudad iraquí, mediáticamente distribuidas por todo el mundo, ostentando los beneficios de una globalización que, abocada a difundir hechos de ésta naturaleza, difícilmente puedan enorgullecer a alguien.
Y al día siguiente, como para ponerle un tétrico moño al paquete publicado, mostraban en fotografías las consecuencias de los estallidos de la noche anterior.
Te puedo asegurar, amigo que me lees, que nunca me fastidió tanto el avance de la tecnología al servicio de la noticia. Sin dejar de reconocer que se trataba de una realidad a la que no podíamos dar la espalda, ni hacernos los distraídos, aunque… bien podríamos bajar el nivel de morbosidad en la publicación.
No podía apartar de mi mente la acción miserable de los atentados, ni la detestable reacción de la invasión y la guerra. Agravada por la forma cruel, vil e indignante en la que un gobernante ordena iniciar desde un escritorio, atrincherado en su búnker privado, con ujieres y custodia que lo protegen de todo riesgo.
Cruel porque no diferencia entre soldados y habitantes del país rotulado por su entorno como "el enemigo". Vil porque difícilmente pueda el fragor del momento apreciar si se dispara contra uniformados o civiles, hombres o mujeres, niños o mayores. Y finalmente indignante porque descaradamente sostiene que no se trata de una represalia de un gigante sorprendido en sus fueros más representativos, ni el interés por el petróleo de medio oriente, sino que expresa que su objetivo es instaurar un sistema democrático y lograr el desarme nuclear de Irak, como potencial enemigo público mundial.
Ese ruin pretexto, pusilánime e inconsistente alcanzó para justificar una nueva guerra

Maldita guerra…
Se hace imposible hablar de armonía durante una guerra.
La imagen de la muerte atrofia cualquier expresión de paz.
Los mensajes de concordia abortan ante la presencia del misil.
La pólvora se señorea por las calles, las balas rapaces buscan su presa…
Todo es oscuro, el horizonte se cubre de humo.
¡¡Maldita guerra…!! Aunque esté a miles de kilómetros.


Tal vez por eso, mi pluma inquieta me fue formando éstos versos para una canción, que por esas cosas de Dios nunca tuvo música, como que el silencio es el mejor acompañamiento para tanto dolor.
Comparto esos versos contigo, de los cuales no me ufano ni mucho menos me enorgullezco (muy por el contrario, a pesar de los años transcurridos, todavía me pesan…)




Hemos visto luces apagar su esfera
Hemos visto noches relumbrar horrendas
Y lo descubrimos, aun sin saberlo,
El mundo de luto, de frente a otra guerra…

La guerra es muerte, oscuro telón
Escenario estéril, aplauso de sombras
Mientras George cómodo, ordena un ataque
Sentado en su búnker, confort y custodia.

Llora un niño herido su canción de invierno
La pólvora estremece el candor del aire
Lucha desigual, que recrean los medios
Imágenes crueles, dolor y barbarie.

Se truncas las vidas, estupor y muerte
Jóvenes que abortan proyectos y sueños
No es guerra de credos, mentiras de alguien
Que quiere del petróleo, ser su nuevo dueño.

Por eso es que ahora, en alto proclamo
A toda voz mi ilusión de paz
Mi voz se hace eco de la voz de ustedes
Como una paloma vuela en libertad

(Aunque si en el mundo la codicia impera
Será muy lejano el sueño de vivir en paz)


Creo, mi buen amigo lector, que no da para más comentarios tan horrendo tema. Solamente quiero compartir contigo algo que sospeché desde el principio, desde el primer momento:

Luego de tanta muerte y destrucción en Irak, nunca encontraron materiales bélicos nucleares, ni el país invadido goza de una democracia en paz…”


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