POETAS, SENSACIONES ENCONTRADAS…
AYER
He leído al poeta ayer
El del romance, el del soneto
De la métrica y la rima
Que busca la palabra que encaje en el verso
He leído al poeta ayer
Del caballero, la flor y el molino
Que lograba liberar ideas
Sometidas al ritmo y al estilo
He leído al poeta ayer
Del silabeo estricto y estricta rima
Ajustando antagonismos, pincelando
El dolor, la musa, el tiempo y la prisa.
He leído al poeta ayer
Loco, bohemio, sensible, visionario
Que hilvanaba historias respetando la esencia,
en versos disciplinados
He leído al poeta ayer
Lo escuché en la voz de los juglares
Preciso, acompasado, medido
Pero nítido al decir de su mensaje
He leído al poeta ayer
Disfruté su lírica, admiré su esfuerzo
De circunscribir su inspiración
A la métrica severa de los versos
Y brindé por ese poeta
Del pedestal ecuestre y educada estatura
Del afanoso cuidado, de equilibrada prisa
Del respeto a ultranza, fiel a su cultura
He comprendido al poeta ayer
Porque con sus versos dibujó su alma
Su fe, su Dios, sus creencias,
Sus valores, su espíritu, su templanza
Su metáfora escasa, múltiple en recursos
Animando con su pluma a cada palabra.
HOY
…y leo al poeta hoy,
el que escribe con métrica esfumada.
Que dice sin decir,
metafórico,
abstracto,
que silabea sensaciones,
surrealista y elocuente.
Inventor de epítetos,
crisol de ideas
cosmovisionario.
Leo al poeta de hoy,
despreocupado por la rima,
evitando arcaísmos,
inventando ornamentos.
Que dice amor
sin íconos cardíacos.
Que inventa su árbol
sin decir semilla.
Leo al poeta hoy,
libre de tabúes,
de adjetivos sin prejuicios.
Lo soez no existe
La censura es jurásica
Leo al poeta hoy,
libre… casi libertino,
sin ataduras,
casi agnóstico.
Sin romances,
sin sonetos.
Dispar, de escasa rima.
de sentencias firmes.
Con verdades empíricas,
intrínsecas,
eclécticas
semánticas.
Leo al poeta hoy
en un nuevo aprendizaje.
Su verso ágil
aunque no diga, expresa.
Aunque no cuente, pinta.
Su historia no la dice,
la crea su lector
al andar sus versos.
Brindo por el poeta hoy,
por quien paren las palabras
en un surgente etéreo,
permanente, inmutable…
Que no vacila.
que colorea, que interpreta,
que vislumbra, que agrede,
que acaricia…
Doy gracias al poeta hoy.
Porque en sus arterias
migra la cultura…
y resiste a los detractores,
al vulgo, a la horda.
Resiste a una época triste
de desprecio, de olvido
y postergaciones.
La cultura vive en él,
vive en el dominó cardíaco
del bohemio, del poeta,
que la defiende
del peculado insistente
que la vitupera.
Del comercio y sus intereses,
de la era de la imagen,
de los íconos,
de la obsecuencia al facilismo.
Y los poetas…
el de ayer y el de hoy,
adolescentes de lectores,
cuyo producto improductivo
genera dividendos sin divisas,
rebeldes, constantes,
renuevan su sinergia
en favor del educando,
en pos del lector
que agradece emocionado…
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